Romancero y lírica tradicional

Varios autores

Fragmento

cap-1

INTRODUCCIÓN

1. PERFILES DE LA ÉPOCA

Los límites de la producción poética contenida en este volumen sólo se pueden delimitar por aproximación, de la misma forma que podemos pensar que los textos conservados no son todos los que hubo a lo largo de los siglos que van del XII al XV. En consecuencia, el perfil que se pueda dar de tan extensa duración temporal va a ser a grandes rasgos.

No podemos olvidar que la cultura, y dentro de ella la cultura literaria, llegaba a la mayor parte de la gente por vía oral, de la misma manera que durante siglos el conocimiento de textos literarios se ha servido de la vía de la lectura en voz alta, lo que generalmente implicaba una manera de crear literatura y unas cualidades sonoras en obras de muy diverso tipo que no encuentran fácilmente equivalente en la literatura contemporánea.

Durante un largo tiempo, la sociedad española vive las etapas de la Reconquista de los territorios peninsulares en poder de los conquistadores musulmanes. En una primera fase ésta consistió en resistencia y después en ataque y avance hasta restaurar el predominio del poder en manos de los cristianos. Dicha circunstancia implica la existencia de zonas de relativo bilingüismo, árabe y romance, de manera más significativa en Al-Andalus, y la de una modalidad lingüística híbrida que suele denominarse mozárabe, que fue perdiendo entidad desde mediados del siglo XII como consecuencia de la intolerancia de almorávides y almohades.

El imperio musulmán ejerció de los siglos VII al XII la hegemonía política y científica en el mundo entonces conocido, y la España musulmana escribió uno de los más esplendorosos capítulos de la historia intelectual de Occidente, en el que las matemáticas y la astronomía constituyen uno de los jalones más admirables en la especulación intelectual musulmana. La enciclopedia del saber musulmán está formada por campos tan diversos como la filosofía, la teología, la medicina, las matemáticas, la astronomía, la arquitectura, la música y las artes suntuarias. Sin olvidar por otra parte el interesante caudal de apólogos y cuentos que nos transmitieron. Asimismo, sin árabes no hubiera tenido lugar la Reconquista, así que son ellos indirectamente los responsables de la actual fragmentación lingüística peninsular.

Las dos vías más importantes de infiltración de arabismos en las lenguas de los pueblos mediterráneos fueron la occidental, a través de España y Sicilia, y otra oriental de menor peso, gracias a las Cruzadas. Ocho siglos de presencia musulmana en nuestra península dejaron un importante legado. Los resultados de los sonidos árabes en romance no son evoluciones fonéticas como los del latín, sino sustituciones o adaptaciones fonéticas o más bien fonológicas. En el léxico, un importante número de los arabismos del español se empieza a documentar desde el siglo XIII y durante este siglo y el siglo XIV es cuando llega o se consolida el mayor contingente de arabismos. Se calcula que el total de palabras de origen árabe en español representa, aproximadamente, el ocho por ciento del léxico de nuestra lengua, algo más de cuatro mil. En consecuencia, es el elemento léxico más importante después del latín. Ahora bien, no todos los arabismos han tenido idéntica vigencia: algunos (algunos centenares) se han integrado plenamente hasta el extremo de ser parte insustituible de nuestra lengua española; otros han pertenecido sólo a determinadas zonas, épocas o léxicos especiales. La toponimia da testimonio de la estancia y dominación musulmanas en nuestra patria y se han estudiado más de dos mil cuatrocientos topónimos árabes o arabizados en España y Portugal, lo que revela que hubo una simbiosis cultural.

La cultura estuvo, por otro lado, vinculada a la Iglesia cristiana en monasterios y universidades, pero también a las cortes reales y nobiliarias. Todos estos lugares fueron focos de irradiación cultural. La arquitectura, la escultura y la pintura han dejado excelentes ejemplos de la sucesiva renovación de estilos artísticos, incluso en lugares que hoy parecen humildes y al margen de la cultura. No hay que olvidar, además, lo que significaron las rutas que vertebraron el Camino de Santiago, que dio oportunidad a la llegada de distintas calidades de personajes de diversos lugares de la Europa de esa época.

La imprenta supuso una revolución de gran magnitud, a pesar de que los libros fueran entonces privilegio de unos pocos. Ello no dejó fuera, claro es, la vitalidad de la transmisión manuscrita, que perdurará siglos después.

Los viajes ultramarinos y los descubrimientos del continente americano y de otras rutas marinas ampliaron la perspectiva del mundo entonces conocido. Portugal y España tuvieron sin duda alguna un papel preponderante, cuyas consecuencias de diversa índole continuarán hasta muchos siglos más tarde.

La sociedad en que nacieron los poemas recogidos en este volumen era una sociedad marcadamente estratificada. A grandes trazos, esta circunstancia se ve reflejada en la jerarquía que diferencia, por ejemplo, los trovadores de los juglares, según su procedencia social y su parte en la creación literaria. Los trovadores solían ser de extracción noble y eran los compositores de los poemas, mientras que los juglares solían ser de clase menos elevada y su papel era fundamentalmente el de intérpretes, ejecutantes que hacían de tal actividad su medio de vida. Sin embargo, pudo darse el caso de que hubiera juglares con talento creativo. De otra parte, se menciona en alguno de los textos poéticos a una escala intermedia: la de los segreles, si bien hay casos en que parece identificarse con la de los juglares con cierta capacidad como compositores. El término ‘trovador’ nace a fines del siglo XII en Francia, mientras que ‘juglar’ procede de una voz latina que abarcaba diferentes actividades para el entretenimiento público, especializándose más tarde en la función de músicos, cantores y recitadores, vinculados a una corte o a una casa señorial, o bien que recorrían diversos lugares, contribuyendo a una más amplia difusión de la literatura a cambio de un don o gratificación. Solía ser en especie, o ropa o alimentos. Uno de los instrumentos habituales entre los juglares era la viola, que se podía tocar con arco o con pluma; y para la lírica gallego-portuguesa otro instrumento de cuerda: la cítola.

La creación literaria ha dejado manifestaciones en verso y en prosa, traducciones y obras de cuño original, poesía de alcance épico, de hechura lírica, y ficciones narrativas de variada extensión y temática; en menor grado, esbozos teatrales y piezas dramáticas. La poesía épica castellana acogió fundamentalmente dos temas: el carolingio, de origen francés (Roncesvalles, Bernardo del Carpio, el Mainete), y el hispánico (los infantes de Lara, Mio Cid, el cerco de Zamora), que se complementaban además con diversas leyendas de cierto alcance épico, como la de Covadonga o la Condesa traidora. Pero de lo que pudo ser sólo conservamos –y no completo– el Poema de Mio Cid. Se compusieron también obras de una especie de escuela poética conocida como Mester de Clerecía, que dio frutos importantes de temas doctrinales, novelescos, hagiográficos, morales y satíricos. Surgieron otros poetas, algunos de cuyos nombres ha perdurado individualmente, como es el caso del Canciller Ayala, Juan de Mena, el Marqués de Santillana o Jorge Manrique, pero otros muchos pasaron a engrosar las páginas de cancioneros colectivos, como el de Baena o el de Stúñiga. La prosa narrativa cuajó en versiones de obras orientales, que difundieron multitud de apólogos y cuentecillos, y dos eximios representantes de la acogida de parte de ellos los tenemos en el rey Sancho IV de Castilla y en don Juan Manuel. Los cronistas y biógrafos dieron abundantes muestras de cómo la lengua castellana iba madurando. La ficción caballeresca quedó vertida en grandes novelas como el Caballero Zifar, Amadís de Gaula, y una nutrida serie de relatos de aventuras. Además se publicaron novelas de corte sentimental y tratados de muy diferentes asuntos. Y el siglo XV se despide con una creación singular como es La Celestina de Fernando de Rojas.

2. CRONOLOGÍA

AÑO

AUTOR-OBRA

HECHOS HISTÓRICOS

HECHOS CULTURALES

1031

Desintegración del califato e inicio de los reinos de taifas.

Santa Mª de Ripoll (Gerona).

1040

Jarcha más antigua documentada, de Yosef el escriba.

1060

Los normandos comienzan la conquista de Sicilia.

Muere Aben Quzmán.

1063

Sancho Ramírez de Aragón introduce el rito romano en la Península.

Se inicia la construcción de la catedral de San Marcos de Venecia.

1065

Chanson de Roland. Se acaba San Isidoro de León.

C. 1075

Se comienza la catedral románica de Santiago de Compostela.

1080

Se sustituye en España el rito mozárabe por el romano.

1085

Alfonso VI conquista Toledo.

Claustro del monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos).

1094

El Cid toma Valencia.

1099

Muerte del Cid y del poeta rey de Sevilla Al-Mutamid. Toma de Jerusalén por los cruzados.

1119

Universidad de Bolonia.

1125

Escuela de Traductores de Toledo. Universidad de Montpellier.

1128

Fundación del reino de Portugal por Alfonso Enríquez.

Esplendor de la lírica cortés en la corte de Guillermo, duque de Aquitania.

1134

Navarra se separa de Aragón.

1137

Unión de Cataluña y Aragón por la boda de Ramón Berenguer IV y doña Petronila.

1139

Canción de Roldán.

1150

Los árabes introducen la manufactura del papel en la Península.

Fundación de la Universidad de París.

1156

Imperio almohade, con Sevilla como centro administrativo.

Fundación de la orden de los Carmelitas.

C. 1160

Cantar de los Nibelungos.

1163

Comienza la construcción de Nôtre-Dame de París.

1167

Fundación de la Universidad de Oxford.

1170

Asesinato de Tomás Beckett, arzobispo de Canterbury. Fundación de la orden militar de Santiago.

1188

Se acaba el Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago de Compostela.

1195

Los almohades derrotan a Alfonso VIII en Alarcos.

Se inicia la Giralda de Sevilla.

1198

Fundación de la Orden Trinitaria por San Juan de Mata.

Auto de los Reyes Magos. Muere Averroes, filósofo y médico cordobés.

C. 1200

Disputa del alma y el cuerpo. Los Nibelungos.

C.1205

Razón de amor y Fazienda de Ultramar.

C. 1207

Per Abat copia el Poema de Mio Cid.

1209

Aprobación de la Orden Franciscana.

Fundación de la Universidad de Cambridge.

1212

Los almohades son derrotados en las Navas de Tolosa (Jaén) por los reyes de Castilla, Navarra y Aragón.

Fundación del Estudio General de Palencia, que dará origen a la Universidad de Valladolid.

1215

A raíz del IV Concilio de Letrán se establece el Tribunal de la Inquisición. Fundación de la Orden de Predicadores. Los aztecas llegan al valle de México.

1220

Fundación de la Universidad de Salamanca.

1221

Nace Alfonso X.

Comienza la construcción de la catedral de Burgos.

1224

Nace Santo Tomás de Aquino.

Fundación de la Universidad de Nápoles.

1228

Se instituye el reino nazarí. Canonización de San Francisco de Asís.

1229

Jaime I conquista Mallorca.

1230

Unión de Castilla y León con Fernando III.

D. 1230

Se inicia la construcción de la Alhambra de Granada.

1234

Canonización de Santo Domingo de Guzmán.

1238

Jaime I conquista Valencia. Reino musulmán de Granada.

1248

Fernando III el Santo conquista Sevilla.

C. 1250

Poemas del Mester de Clerecía, entre otros, por Gonzalo de Berceo.

1252

Alfonso X el Sabio.

1253

Se funda la Universidad de la Sorbona (París), donde enseña Santo Tomás de Aquino.

1265

Nace Dante.

1270

Marco Polo viaja por Asia Central, durante más de veinte años.

Cantigas de Santa María de Alfonso el Sabio.

C. 1272

Ramón Llull consolida el catalán literario.

1279

Inicio del reinado de don Dinís de Portugal.

1280

Fallece San Alberto Magno.

Se acaba la catedral de León.

1282

Pedro III de Aragón se apodera de Sicilia

Nace don Juan Manuel.

1284

Sancho IV de Castilla. Gales se anexiona a Inglaterra, el heredero del trono recibe el título de Príncipe de Gales.

Gran Conquista de Ultramar. Libro del caballero Zifar.

1290

Fundación de la Universidad de Lisboa.

1291

Nace la Confederación de cantones suizos (Suiza). Fin de las Cruzadas.

1293

Castigos e documentos para bien vivir de Sancho IV y Gran conquista de ultramar.

1304

Nace Petrarca.

1305

Papado de Avignon. Comienza el uso de gafas.

Libro del caballero Cifar. Estudio General de Lérida.

1313

Divina Comedia de Dante. Nacimiento de Boccaccio.

1325

Los aztecas fundan Tenochtitlán, capital de su imperio. Portugal comienza sus viajes ultramarinos.

El Generalife de Granada.

1332

Nace el Canciller Ayala.

1335

Don Juan Manuel termina El Conde Lucanor.

1337

Se inicia la Guerra de los Cien Años.

1340

Victoria de Alfonso XI sobre los musulmanes en la batalla del Salado.

1343

Se concluye el Libro de Buen Amor, según el manuscrito salmantino.

1348

Se emplean en Europa las primeras armas de fuego.

Fundación de la Universidad de Praga. Boccaccio: Decamerón.

1335

1360

Sem Tob: Proverbios morales.

1368

Tamerlán comienza la conquista de Asia, y restaura el imperio mongol.

1364

Fundación de la Universidad de Cracovia (Polonia).

1367

La Corte Papal se traslada a Roma.

1368

Dinastía Ming: en China hasta mediados del s. XVII.

1370

Mohamed V manda construir varias salas y el Patio de los Leones de la Alhambra.

El Canciller Ayala: Rimado de palacio.

1378

Cisma de Occidente, a raíz del cual hay dos diferentes Papas cristianos.

1383

Rige en Castilla la era cristiana.

1384

Nace Enrique de Villena.

1388

Se crea el título de Príncipe de Asturias. Comienza la construcción del monasterio gótico portugués de Batalha.

Chaucer: Cuentos de Canterbury.

1389

El imperio otomano domina desde el Danubio hasta el Eufrates.

1397

Fusión de Noruega, Suecia y Dinamarca, hasta 1523.

Nace Ausias March.

1398

Nace el Marqués de Santillana.

1398

Comienza el apogeo de la cultura azteca en México.

Muere Chaucer.

1402

Enrique III encarga la conquista de Canarias al normando Juan de Bethencourt.

1411

Nace Juan de Mena.

1418

Fin del Cisma de Occidente tras el Concilio de Constanza.

1421

Primer romance documentado.

Se concluye el Libro de los exemplos por A.B.C.

1428

Nace fray Hernando de Talavera, arzobispo de Granada (1492). Juana de Arco defiende Reims, pero morirá en la hoguera tres años más tarde.

C. 1430

Tomás de Kempis: Imitación de Cristo. Pedro del Corral: Crónica sarracina.

1434

1494

Poder de los Médicis en Florencia.

1438

Arcipreste de Talavera Alfonso Mtnez. de Toledo.

1439

La Iglesia rusa se independiza de la griega.

Probable redacción de Juan Rodríguez del Padrón: Siervo libre de amor.

1443

Alfonso V de Aragón, rey de Nápoles, Córcega y Sicilia.

1444

Nace el pintor Botticelli. Juan de Mena: Laberinto de fortuna.

1450

Pérez de Guzmán: Generaciones y semblanzas.

1452

Es ajusticiado don Álvaro de Luna.

Nace Leonardo da Vinci.

1453

Constantinopla cae en poder de los turcos.

1454

Concluye el Cancionero de Baena.

1455

Muere el pintor dominico Fra Angélico.

1459

Muere el poeta Ausias March.

1461

Estambul, la antigua Constantinopla, capital del imperio turco.

1462

Iván el Grande construye el Kremlin (=fortaleza).

1467

Nace Erasmo de Rotterdam.

1469

Boda de Isabel y Fernando, para unir Castilla y Aragón.

Nace Maquiavelo.

1472

García Álvarez de Toledo es nombrado primer duque de Alba. Fernando Poo descubre la isla de su nombre.

1473

Nace el astrónomo polaco Copérnico.

1474

Isabel, reina de Castilla.

1475

Nace Miguel Ángel.

1476

Jorge Manrique: Coplas. Lope García de Salazar: Bienandanzas y fortunas.

1477

Botticelli: La primavera.

1479

Fernando II, rey de Aragón. Islas Canarias a Castilla.

Muere Jorge Manrique.

1480

Se establece la Inquisición en los dominios de los Reyes Católicos.

1481

Se acaba la Capilla Sixtina del Vaticano.

1482

Inicio de la guerra de Granada.

Gómez Manrique: Regimiento de príncipes.

1483

Conquista de Gran Canaria.

Nace el pintor Rafael.

1485

Bartolomé Díaz llega al Cabo de Buena Esperanza. Los portugueses descubren Angola.

1486

Hernando del Pulgar: Claros varones de Castilla.

1487

Se inicia la fachada de San Pablo de Valladolid.

1490

Tirant lo Blanch.

1492

Conquista de Granada y de la isla de La Palma. Expulsión de los judíos. Descubrimiento de América.

Nebrija: Gramática de la lengua castellana. Diego de San Pedro: Cárcel de amor.

1494

El Tratado de Tordesillas fija los límites de las conquistas de Portugal y España.

1495

Cisneros, arzobispo de Toledo.

1498

Vasco de Gama llega a la India.

Miguel Ángel: La Piedad.

1499

Alonso de Ojeda descubre el lago de Maracaibo.

La Celestina.

3. ROMANCERO Y LÍRICA TRADICIONAL

ROMANCERO

Como el resto de las baladas europeas, los romances españoles surgieron en la cultura popular de la Edad Media y constituyen una parte muy significativa de la poesía en lengua española. Si nacieron en el ámbito castellano de nuestra península, se fueron trasladando a lenguas próximas, como el catalán y el portugués, y se difundieron más tarde por diversas partes del mundo (cuenca del Mediterráneo y algunas zonas de América) en el castellano original –gracias a los sefardíes– y se multiplicaron y modernizaron en los territorios americanos. Al parecer, los romances fueron pronto apreciados en la corte aragonesa, de donde llegaron a los territorios de Italia bajo el poder de dicha corona. Considerando que los más antiguos romances se compusieron presumiblemente en el siglo XIV –tal vez incluso antes– y todavía hoy perviven, aunque con desigual fortuna y con un futuro incierto, se trata de textos que se han mantenido o han dado lugar a otros nuevos de su misma especie a lo largo de siete siglos. En los últimos tiempos, no obstante, el romancero ha decaído y perduran en el ámbito rural. Anteriormente, se degradaron en las jácaras, sobre jaques o rufianes y redactados con muchas voces de germanía (Quevedo los eleva en parte de su ínfima condición) y, desde el siglo XVIII con los ‘romances de ciego’, que sobre todo refieren aventuras fantásticas, supuestas vidas de santos, crímenes o robos protagonizados por bandidos, alargándose y perdiendo mucho de su finura artística. Consideración aparte merecen los romances debidos a grandes poetas de todos los siglos, manifestación de lo que Pedro Salinas llamó ‘romancismo’ (propensión a acudir a este metro) de la literatura en lengua española: Cervantes, Góngora, Quevedo, Meléndez Valdes, Nicolás Fernández de Moratín, el duque de Rivas, Zorrilla, Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez, Unamuno, los hermanos Machado, Gerardo Diego, Lorca, Guillén, Alberti, Villalón, Gerardo Diego, Rafael Duyos, José Mª Valverde... De modo que el romance como poema de extensión variable es, en palabras de Juan Ramón Jiménez, el “río” de nuestra lengua.

Desconocemos quiénes fueron los autores de los romances más antiguos, que han podido experimentar variaciones en la transmisión oral de una a otra generación, y de las que ya hay testimonios en publicaciones de los siglos XV y XVI. Muchos de aquellos romances se trasladaron a la escritura y posteriormente se publicaron en el siglo XVI, principalmente en antologías, cancioneros y en los humildes pliegos sueltos y de cordel (así llamados porque se vendían atados con una cuerda). El interés que suscitaron en ambientes cortesanos y entre poetas y músicos cultos, además de entre gramáticos y lexicógrafos, favoreció su reconocimiento y su mejor conservación. Tanto los romances que se han conocido por vía oral como los que se editaron han dado origen a distintas versiones, con ampliaciones o alteraciones, que vienen estudiando filólogos y folcloristas.

A partir del siglo XIX, con el romanticismo resucitó el interés por el estudio de esta poesía primitiva, destacando Agustín Durán con su Romancero general y Wolf y Hofmann que publicaron a mediados de esa centuria en Berlín su Primavera y flor de romances, reeditada más tarde por Menéndez y Pelayo. Otros estudiosos insignes, como Milá y Fontanals. Aportaron datos sobre el romancero en tierras catalanas. Posteriormente, don Ramón Menéndez Pidal dio un extraordinario impulso a la recopilación de materiales y a su estudio. El Centro de Estudios Históricos a principios del siglo XX llevó a cabo una importante labor; otro tanto cabe decir –ya mediado el siglo– de Rodríguez Moñino, y desde 1954 el Seminario Menéndez Pidal continúa afortunadamente en ese empeño, incrementando significativamente el conocimiento del romancero judeo-español. La tradición oral moderna ha enriquecido los vestigios del romancero, no sólo en nuestra península, sino además, gracias a la tradición sefardí, en diferentes países y a la difusión en los territorios americanos de lengua española. En el Archivo Menéndez Pidal, cada tema romancístico se identifica con variantes antiguas y modernas, adaptaciones a otros géneros literarios, citas, contrafacturas religiosas de otros romances y varios otros datos de interés, como aclaraciones de menciones del poema y otros materiales de consulta. Se da noticia igualmente acerca de los informantes y recitadores y de las fuentes que incluyen ese texto. Toda esta información se puede consultar actualmente en el AIER (Archivo Internacional Electrónico del Romancero).

La cuestión de sus orígenes ha suscitado discusiones, si bien no cabe duda de que –al menos en parte– tiene vínculos con la poesía épica, la cual le suministró aliento, personajes y algunas peculiaridades métricas y de su técnica de composición. Así, por ejemplo, mantienen la asonancia y los dos hemistiquios generalmente regulares de ocho sílabas; no irregulares como los de los poemas épicos. Por lo general, los romances de este tipo no desarrollan más que episodios concretos y a veces no completos mediante un estilo dinámico, que alterna con el relato o se dilata en descripciones, con un diálogo y una tensión de carácter dramático, salpicado de repeticiones y contrastes, de acuerdo con la tradición juglaresca.

Además del entretenimiento, algunos romances primitivos pudieron cumplir una función noticiera de hechos señalados de la historia de España, tales como acontecimientos que supusieron un cambio en la sucesión de las dinastías reinantes o que reflejaban incidentes de la vida de frontera durante la Reconquista. De otra parte, otros poemas están vinculados a la épica francesa, a las historias de caballerías y a asuntos novelescos que tienen ramificaciones folclóricas en el continente europeo. Incluso hay algunos romances sobre la antigüedad clásica así como otros se refieren al tema bíblico. En definitiva, tenemos una importante variedad de asuntos, que ha dado lugar a intentar clasificaciones de los romances teniendo en cuenta la materia que tratan. Así y a grandes rasgos, cabe diferenciar entre los romances que cuentan con fundamento histórico y los que parecen totalmente resultado de la invención del poeta. Las preferencias temáticas de la tradición posterior son de corte novelesco y más que el número de romances destaca el de las variantes de algunos que fueron muy difundidos.

En cuanto a la fecha en que se crearon los romances, no hay plena seguridad. El documentado más tempranamente y no de forma indirecta, es el que comienza “Gentil dona, gentil dona”, copiado a mano en un cuaderno de un mallorquín estudiante de derecho en Bolonia, Jaume de Olesa. El códice lleva la fecha de 1421 y se conserva en la actualidad en la Biblioteca Nacional de Florencia, procedente del convento de Santa María Novella de la Orden de Predicadores. Como es natural, esta versión presenta rasgos catalanizantes. Dicho romance fue muy popular en nuestro siglo XVI, sin embargo no ha tenido continuidad en el tiempo dentro de España, pero sí al otro extremo del Mediterráneo entre la comunidad judía sefardí. Asimismo, el tema de la dama que toma la iniciativa de requerir al hombre tuvo fortuna en villancicos y glosas cuyas derivaciones alcanzaron una difusión plurisecular tanto en países europeos, como en Marruecos y en varias partes de América. Antes de fijarse mediante la escritura y gracias a la imprenta, dado que éste como los otros romances más antiguos son difíciles de datar, pudieron haber existido de forma oral durante un tiempo más o menos largo y esa existencia latente –como la calificó Menéndez Pidal– puede limitarse únicamente cuando en sus versos hace mención a un hecho o a un personaje históricamente documentado, puesto que entonces sí cabe hablar de la fecha antes de la cual no cabía la posibilidad de referirse a ellos. De manera que la cronología de los romances antiguos es relativa, pues podemos estar ante poemas que no representan la primera versión de los mismos, sino la que gozó de la estimación general, la de un grupo social o de la particular de alguna persona, por lo que su existencia más o menos difusa se encuentra reducida a lo que ha llegado hasta nosotros. Uno de los romances que, por razones internas, parece de los más antiguos es el del prior de San Juan (nº 12), acerca de un hecho acaecido en 1328, en tiempos de Alfonso XI.

Se conoce como romancero viejo al conjunto de romances que se recogieron durante los siglos XV y XVI, hasta 1580. Muy particularmente en este siglo se editaron en cancioneros y romanceros, y en formatos más populares por su sencillez y precio: los pliegos sueltos, formados por cuadernillos de ocho a treinta y dos hojas, de los que debieron de publicarse varios millares. De interés son las primeras antologías de romances: el Cancionero de romances sin año, el de 1550 y las Silvas editadas en Zaragoza, del mismo año y de 1551. También importantes son el Cancionero musical de palacio, que recoge treinta y ocho romances y que refleja las preferencias musicales en la corte de los Reyes Católicos, el Cancionero general (1511) de Hernando del Castillo, y varios libros de música, de Milán, Narváez, Pisador, Salinas, y otros, aparecidos entre 1535 y 1577. En la segunda mitad del XVI se habla de romancero nuevo y a partir del siglo XVIII de romancero moderno.

Formalmente, los romances son series de versos de dieciséis sílabas con una pausa intermedia que divide en dos porciones cada verso, con rima asonante; cuando se prefiere la disposición en verso corto, se habla de versos octosílabos que presentan rima asonante en los versos pares. Algunas veces encontramos asonancias distintas en un mismo romance, debido a la fusión o al cruce de dos romances. Las melodías antiguas que se han conservado se ajustan a unidades de dieciséis sílabas y no a las de ocho. La coincidencia vocálica de esta rima se presenta en una gran parte de los casos en í-a, á-a y á-o. Se encuentran romances, no obstante, en los que aparece cambio de asonancia. Y a causa de su adaptación al canto, hay romances del XVI que presentan estribillo. Desde el último cuarto del siglo XVI, el interés renovado por este género dio paso a los que se conoce como romances artísticos –que decayeron en la segunda mitad de la centuria siguiente–, a partir de los cuales se adopta definitivamente la costumbre de disponer los versos como octosílabos con rima asonante sólo en los versos pares. Góngora y Lope de Vega son algunos de los que los componen con sumo acierto, con preferencia por los temas pastoriles, moriscos (de turcos, forzados y cautivos, además de los propiamente moriscos) e históricos. En ese tiempo también encontramos romances distribuidos en cuartetas. Las llamadas ensaladas, en las que se mezclaban con más o menos ingenio versos de diferente procedencia contienen muchos versos de romances, algunos incluso de poemas hoy desconocidos pero que debieron de gozar de notable popularidad. Ya desde antiguo hallamos algunos romances con versos de tan sólo seis o siete sílabas