el final.
la humanidad en este planeta tiene los días contados.
nos quedan, siendo optimistas, 340.000 días.
si a esto le descontamos los días que los seres humanos pasarán
trabajando,
desplazándose,
en el baño,
durmiendo,
haciéndose fotos a sí mismos,
o discutiendo por ver quién lleva la razón,
podemos afirmar, sin riesgo a equivocarnos, que nos queda, como especie sin ataduras, unos 336 días. o como mucho, muchísimo, 365 días.
un año de libertad.
y es que un día vendrá un asteroide en forma de colleja cósmica y le dará al planeta Tierra en toda la nuca como ya hizo con los dinosaurios.
a d i ó s a la vida.
este sería en el mejor de los casos.
porque hay otro caso en el que nos acabamos destruyendo entre nosotros.
los unos a los otros.
y lo del asteroide, bueno, qué le vamos a hacer, pero imagina que nos extingue algo que hemos ideado y fabricado nosotros.
eso no tendría ningún perdón.
en el mundo existen miles de armas nucleares.
y si alguien decidiera accionarlas todas a la vez,
adiós a la vida, de nuevo.
tampoco vamos a ponernos tremebundos.
no todo va a ser malo.
también tengo una buena noticia.
te voy a contar algo.
cómo se llega al principio.
el lugar antes de todo.
en el que todavía no había muchas preocupaciones.
porque aún estabas por suceder.
este es el libro que me hubiera gustado leer después de que las cenizas de mi madre se ahogaran en el mar azul.
tu desaparición.
vamos a pasar por este trance lo más rápido posible.
sobre todo porque este no va a ser uno de esos libros horribles y deprimentes.
bueno, a veces lo será, pero también alegre y hermoso y todo lo demás.
como tú.
como la existencia.
y no es un piropo.
lo que sucede es que tienes fecha de caducidad.
y nadie sabe cuál es.
tal vez ahora no quieras pensar en ello.
igual que no miras la aguja cuando te sacan sangre.
pero será importante que en algún momento lo hagas.
un día algo dentro de ti se caerá.
o fuera, quién sabe.
y ya está.
dejarás de tener validez para el consumo humano.
y ahora
te preocupa no haber cuadrado bien las cuentas.
tu nuevo corte de pelo que no te convence.
estás llorando porque no te quieren.
con angustia por si te tienen que amputar un dedo.
demasiado pendiente de lo que piensan de ti.
pensando en todas aquellas cosas que podías haber hecho mejor.
y mientras
tu cuerpo sigue funcionando en milagrosa armonía.
confabulando para que puedas estar
luchando contra la incesante fragilidad.
cada nanosegundo.
para que tú no desfallezcas.
para que tú puedas seguir.
para que puedas releer esta frase una y otra vez.
para que puedas peinarte.
para que puedas entender una ecuación.
para que puedas morder una manzana.
para que puedas no hacer nada.
eso merece un profundo respeto.
sacudir la cabeza.
como si apartaras una mosca cojonera.
merece un suspiro.
y tener más a menudo una sonrisa en la cara.
aunque nadie te esté mirando.

si no te acabas tú primero
lo tendrá que hacer el resto antes.
esto es la desaparición de otros.
algunos a los que nunca viste.
desconocidos.
que se desploman a cada instante.
y de los que tú solo escuchas el ruido.
en las noticias
o en otras bocas.
pero también el fin de aquello que conociste.
alguna vez le tendrá que tocar.
a tu mascota.
a tu prima.
a tu abuelo.
a tu hermana.
a tus amigos.
sé que te dan muchas ganas de abrazarles cuando piensas en eso.
si puedes, hazlo.
yo te espero.
¿hecho? genial.
es que nos acostumbramos
de muy mala manera
a que estén.
a que sigan.
pero en algún momento tendrás que convivir con su ausencia.
la ausencia es bastante terrible.
por no decir que es lo puto peor.
porque los recuerdos que tenías se disuelven como un terrón de azúcar en agua.
porque no sabes qué hacer con las ganas de volver a ver algo que ya no existe.
¿sabes la de seres que ya no están aquí?
que ya no tienen la vida.
que ya no pueden volver a comenzar.
que no podrán alimentar a sus crías.
ni mover el rabo.
que no podrán abrir y leer una página al azar para reencontrarse con holden entre el centeno.
que nunca más podrán cruzar las piernas al sentarse.
que no podrán mandar el emoticono de la cara del gato.
que no podrán escuchar por quincuagésima novena vez esa canción de bowie.
que nunca supieron lo que era internet.
que pensaron que ya lo pensarían mañana.
eso merece un profundo respeto.
pararse.
como si te hubieras dado cuenta de algo importante.
merece una lágrima.
y tener más a menudo un gracias en la boca.
aunque nadie te esté escuchando.
hay un truco para hacer algo distinto a desaparecer.
solo necesitas un poco de amor.
anda, no me seas impaciente.
sigue leyendo.
que luego te lo explico.