¿Les marcas lecturas obligatorias? ¿Crees que les causa rechazo de entrada o confían en tu elección?
Cristian: Siempre digo que ‘lectura’ y ‘obligatoria’ son dos conceptos que jamás deberían ir a la vez. Leer no puede ser por imposición. Leer en el entorno educativo debe servir para descubrir a nuevos lectores, para darles a conocer obras o autores/autoras que han destacado a lo largo de la historia o para ampliar conocimientos. Jamás debería ser para perder a lectores por el camino. Dejarles que lean lo que quieran también es un ejercicio saludable. Incluso proponerles un listado de títulos variados para que puedan acercarse al que más les motive. Y por no hablar de los controles de lectura… Todavía no he conocido a nadie que haya sabido a ciencia cierta cuántos estudiantes se han leído el libro gracias a un examen. En cambio, sí que sé de muchos estudiantes que han disfrutado leyendo un libro y, sin embargo, han sido sancionados por un examen mal resuelto. Experiencia frustrada, en definitiva. Como si el proceso personal de leer se resumiera a si se ha hecho bien o mal.
Dices que es una pena que la lectura se asocie únicamente a la asignatura de Lengua y literatura y no podemos estar más de acuerdo porque también nos parece una herramienta transversal muy poderosa. Es una pérdida de oportunidades… ¿cómo se puede romper esa barrera?
Cristian: Leer no es monopolio de la asignatura de Lengua y Literatura. Del mismo modo que comprender un texto e interpretarlo es fundamental para cualquier campo, una novela contiene sociología, geografía, historia, filosofía, ciencia, tecnología, arte… El día que un docente de cualquier disciplina anime a sus estudiantes a leer una novela para ampliar conocimientos, debatir o ir más allá de las páginas… ese día dejarán de existir las lecturas obligatorias en Lengua y Literatura.
Haces muchas actividades de acompañamiento lector vinculados a su mundo y sus intereses. Lo deben de agradecer mucho.
Cristian: La lectura más allá de la lectura, en realidad. Les pido a mis estudiantes que trasladen la novela a otro lenguaje. Algunos estudiantes han elaborado un videojuego a partir de la trama de un libro; han creado cuentas de Instagram del protagonista de la historia; han construido maquetas de los espacios de la novela… Se la han llevado a su terreno para, de hecho, vivir una experiencia personal, memorable y cargada de creatividad.
¿Qué libro recomendarías para trabajar en la ESO? Uno que te haya funcionado de maravilla en clase y lo repetirías cada año?
Cristian: Reconozco que la novela Invisible de Eloy Moreno les llega a lo más hondo. Es una historia durísima pero necesaria, y me permite tratar en clase temas tan sensibles como el acoso escolar y la autoestima.
Has conseguido conectar muy bien con las nuevas generaciones porque les tratas como personas y no como “proyectos de personas”. ¿Es esa la clave?
Cristian: Ser adolescente es una etapa complicada que a menudo los adultos queremos olvidar. Acompañarlos de cerca, evitar el prejuicio fácil, escucharlos, tenerlos en cuenta y darles herramientas para el día a día y el futuro deben formar parte de nuestra práctica docente y de cualquier adulto.
También has logrado conectar e inspirar a miles de profesores como tú. En tus cuentas de Instagram de @xtianolive y @xtianolive.maslectura compartes muchas ideas para trabajar las lecturas en el aula. Es muy generoso por tu parte compartir esas propuestas. ¿Te gusta generar comunidad entre docentes?
Cristian: Siempre he creído que para aprender hay que compartir. Cuando compartes una idea que te ha servido en clase, quizá otro docente la adapta, la prueba con su grupo y también le funciona. O te propone mejoras. Nunca he creído en aquello de cerrar la puerta de un aula para que nadie sepa lo que hago en el interior. Crear sinergias es básico para no quedarnos siempre en el mismo lugar. Intento aplicar en mi día a día laboral el mismo trabajo en equipo que fomento entre mis estudiantes. La cuenta @xtianolive.maslectura es de los proyectos que más alegrías me regala.
Por cierto, ¿tus alumnos te siguen en redes? Porque hay allí una línea muy fina que es fácil traspasar y no sé si lo ves bueno o malo.
Cristian: Me siguen, me siguen… No me molesta, pero les insisto en que no me planteen dudas desde ahí. De todas maneras, a veces cruzan algunas líneas. Mi papel, en esos casos, es recordarles que lo adecuado no es que hablemos por Instagram. Tenemos canales oficiales reservados para ello. O mejor: que me comenten las dudas en persona. Al final, con este lío, aprovecho para explicarles los registros y lo pertinente o no de algunas situaciones. ¿Verdad que no le hablarías a tu profesor a través Tinder? Pues eso. La verdad es que se lo toman bien.
No sé si te gusta que te llamen “profe rebelde”, pero te lo has ganado a pulso, ¿no crees? 😉
Cristian: ¡No me molesta! Me hace gracia y me lo tomo como un piropo. Un profe rebelde es más común de lo que nos pensamos. Los claustros están plagados de docentes con ganas de acercarse a los alumnos, sin temor a equivocarse, con la certeza de llevar al aula temas como la igualdad, la tolerancia y el respeto, con la voluntad de que los estudiantes sean más creativos, reflexionen sobre el entorno y se conozcan a sí mismos.
Da la sensación de que te encanta tu trabajo. ¿Es así?
Cristian: No sabría hacer otro.