En casa del viejo lobo hambriento siempre hay para cenar una miserable sopa de verduras. Pero una noche llaman a la puerta de su pequeña cabaña y resulta ser ni más ni menos que una pobre ovejita que se ha perdido.
El lobo, entonces, empieza a pensar que esa noche va a poder llenarse el estómago con un delicioso estofado… Pero la ovejita no quiere ser la cena del lobo, ¡quiere ser su amiga!
Una entrañable historia de amistad.
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